Amor platónico
Ni subido a una escalera conseguiría besarte como querría. Tú, tan distante, pareces mirarme con asombro desde esa alfombra estrellada. Yo, tan insignificante, me convenzo a mi mismo de lo que nunca será. Pero tú, solo tú, estuviste conmigo todas esas noches, incluso aquellas en las que la soledad más cruda me azotaba con excesiva dureza, como tú misma admitiste. Desde tu rincón se debe ver la vida con otros ojos. Una noche más, te admiro a través del frío cristal mientras recibo plácidamente tu baño plateado en mi negra piel. Esta noche te veo más llena y bella que nunca