Había que votar...

Hablando con Votante Medio López, me comentó lo ambientada que estaba la playa el pasado domingo. Un hermoso día para Maria Abstención Perez, de los mejores que recuerda.

Mientras ésta y muchas otras parejas rememoraban tiempo mejores, la vida política de esta gran unión daba un esperado vuelco. No por esperado, menos trágico.

Era el momento de los amigos de Rajoy y Aznar, del inconbustible Berlusconi, de los amigos de la ultraderecha holandesa, y de la austríaca... Un temblor fascista recorre nuestras calles. Sin embargo, no parece que nos importe demasiado. No solo resulta terrible el hecho de que un parlamento eminentemente conservador sea el encargado de dirimir nuestro futuro, sino el hecho de que pudimos impedirlo. Y no quisimos.

No vale ahora el comentario tan escuchado: "uf, tenría que haber votado". Ya es tarde. Ahora toca asumir las consecuencias. Ahora toca aguantar la insolidaridad y la estulticia más poderosa. Ahora ya solo cabe esperar... esperar poder cambiarlo.

Aguantar. Como por ejemplo al señor Rajoy, vanagloriándose de ganar las únicas elecciones a las que no se ha presentado (afortunadamente, me permitiría añadir), un partido salpicado de escándalos tan lastimosos e inaceptables que sorprende no desate una gran crítica en la calle y un gran castigo a su labor.

O que el eñor Zapatero culpe a la crisis y a la abstención de su fracaso. Espero que saque tiempo para mirarse el ombligo. ¿o es que no ha hecho nada mal?

Muy bien, tenemos lo que nos merecemos, lo que no me merezco, Pero la gente sigue sin pensar que le afecta, que Bruselas o Estrasburgo quedan muy lejos. No es así. Y nos arrepentiremos. Tiempo al tiempo.

La lectura más negativa que tengo es que, además, no hemos aprendido a lección.